miércoles, 25 de mayo de 2016

Hace un año que se fue el Abue "Ferca"

Ya hace un año falleció el abue...

Siempre he pensado que durante la vida, recordamos fechas importantes y tengo muy presente ésta que me recuerda la partida de mi abuelo paterno.  con quien compartimos varios momentos en mi infancia, adolescencia, juventud, madurez y un poco de mi ingreso a lo que llamamos la vejez, Compartimos incluso su mismo nombre, Fernando Cano. Aunque todos en la familia me llaman Rudy porque es usual en Guatemala , llamarnos diferente a como nos inscriben en el Registro Civil.

Pues bien, justo hoy recibimos una grata noticia que libera a mi hija de un trámite legal que tuvimos que acompañar y atender por casi 20 meses y finalmente el resultado se mantiene muy satisfactorio. Pensaba hoy por la mañana por la memoria de mi Abue, ayúdanos a que el día transcurra sin novedad y así fue.

Papá me comentó hace días sus planes para atender el ritual de "Cabo de año" del Abue, me puedo imaginar sus sentimientos encontrados y la tristeza que puede generar la pérdida de un ser con quien él compartió durante muchos años, hasta el final de sus días, atendiendo y visitándole constantemente por vivir en Huehuetenango. Así fue que se planificaron servicios religiosos y hoy la reunión familiar para recordar al viejito Ferca.

Recordamos sus anécdotas, sus dichos y sus consejos, imaginándonos parado en el banco de madera en la carpintería, su elocuencia y su amabilidad para atendernos en las visitas fugaces que realizamos los nietos, al pasar a visitarlo.

Lo recuerdo, cantando con el tío Santiago a finales de año justo en Navidad o Año Nuevo, con tío Nolo y papá, allá en el famoso barrio Minerva. Pero también viene a mi mente cuando trazó las gradas del segundo nivel de la casa,  por imposibilidad del "maistro" albañil contratado. O cuando caminaba con su cadencioso vaivén, tocándose el sombrero para saludar a sus conocidos cuando retornaba a su morada en lo alto del cerro en el barrio Minerva , llevando del brazo a mi abuelita Rafita quien nunca dejaba aquella canastita plástica que trasladaba los insumos para la deliciosa cena que preparaba en el "pollo" de la cocina.
Aparece también en un día y fecha que no recuerdo una escena que no olvidaré en una tarde noche , caminando sobre la 6a. avenida cuando me cruzo con un grupo de jóvenes bullangueros, que recién finalizaban un juego supongo pues llevaban pantalonetas y playeras de jugadores, y cual sería mi sorpresa que en el medio iba mi Abue, quien denotaba alegría de hacer lo que le gustaba.

Ese fue mi abue, asiduo lector de la biblia, así como labrar la madera con sus manos , este Abue que me enseñó a trazar la pieza de madera para elaborar las paletas, cantear las tablas y lijar las reglas , a extremar los cuidados para no lastimarnos con la sierra eléctrica. Siempre mantenía el uso de los fierros, se negaba a utilizar lo eléctrico a excepción de la sierra para cortar, todo se hacia con serrucho, a lija y nada de pulidoras eléctricas, con la mano se toca y se siente, con la vista se verifica que la madera no se ondule por un mal lijado, esas eran sus instrucciones.

Se enorgullecía de como en la antigüedad se construían los muebles, con tarugos sin utilizar un solo clavo, solo cola de carpintero. Siempre nos decía a los aprendices,  un buen carpintero no es aquel que sabe cortar sino el que sabe medir, al trabajo se viene a trabajar no a platicar, si quieren platicar al parque.

El  Abue nos enseñó como preparar la cola, servía para unir las piezas de madera para elaborar las mesas y roperos, era una rutina interesante, prender el fuego con viruta, colocar el bote de leche vacío,  que servía de olla donde vertíamos la cola, con su olor peculiar y que obteníamos para luego aplicarla en los cantos de las tablas.

Mis mayores recuerdos con el abuelito son de mi experiencia de aprendiz de carpintero, fue tan fugaz mi estadía, pero me marco la existencia pues de viejo sus enseñanzas y esta experiencia me han servido, para contratar y supervisar los trabajos en madera.

En memoria y recuerdo de mi querido abue, los que estamos en la tierra, te recordamos y nos sentimos orgullosos de llevar tus genes y tu sangre.  Que descanses en paz abuelito Fernando.

Con cariño su nieto,

Rudy.

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