miércoles, 15 de junio de 2016

Cuando cumples ¡CINCUENTA!

Al cumplir 40 años, papá me envió una carta que trascribía parte de su diario y que me transportó un mes antes de mi nacimiento en el año 1966 y que relata que de ser mujer hoy me llamarían Iliana Sussel, pero como fui hombre, fui bautizado como Fernando Cano y toda mi niñez me llamaron Rudy, mamá decía que era el diminutivo en inglés de Rodolfo.

Al llegar a los 50 y evaluarte físicamente se evidencian los cambios que se presentan lentamente, te quedas cano y calvo, te arrugas, y aparecen achaques que antes no teníamos, los amigos empiezas a jugarte bromas con la edad, a sentir que tu posición de mando empieza a cambiar de jugador a espectador, pero la resiliencia aquí es fundamental, saber adaptarse a esta nueva etapa de la vida a disfrutarla al máximo, a utilizar tu experiencia a disfrutar a tu esposa, amigos, hijos o tus aficiones y diversiones sin importar tu protagonismo o ser el líder del grupo. 
Cada día me repito que la vida es una, cada momento es único y debemos gozarlo al máximo.

Por todo ello, me siento feliz por ser lo que soy y por las miles de experiencias vividas a lo largo de estos años, que parecen muchos para algunos y pocos para quienes los vivimos.

El tiempo no se percibe cuando disfrutamos. Al poner en la balanza mis sentimientos de alegría y de dolor pesan los primeros sobre los segundos, en la vida siempre habrá sucesos que te provoquen ambos, el detalle será en pensar y sentir los primeros para lograr la ansiada felicidad.

A quienes están por llegar o ya se pasaron de este número, al final es eso un número, pero que te ubica en un momento y desde donde debes decidir que hacer y disfrutarlo al máximo utilizando los medios que tengas a tu disposición.


viernes, 10 de junio de 2016

RECORDANDO A MI TIA LULU

Cuando nuestros seres amados se van, pensamos en ellos y para quienes tuvimos la experiencia de convivir juntos, los recuerdos se avivan en nuestra mente.
Recordar a mi tía Lulu (así sin tílde), me traslada a mi niñez, esta mujer sembró su cariño y su dulzura tanto en actos, como en gestos inolvidables que jamás podría olvidar. El regalito navideño era infaltable, detallista para su selección, demostrando así que para ella dar un obsequio no era salir de un compromiso era un verdadero gesto de amor, y cuando tuve a mis dos hijos continuó brindándome el obsequio a través de ellos.
Sí,  yo percibo que ella disfrutaba cuando le agradecíamos los regalos que recibíamos, intentaba descubrir si lográbamos atinarle a las razones de su elección.
Ahora que pienso en momentos especiales de mi vida tales como Navidad, los cumpleaños, las graduaciones, las bodas, los entierros, las fiestas, allí estaba mi tía Lulu.
Mujer luchadora y trabajadora, artesana, diseñadora natural, enamorada de los adornos y las manualidades pero también excelente estudiante y profesional. Emprendedora de sueños, agradecida con la vida. Posiblemente no perfecta, talvez muy severa en sus enseñanzas y en exigir lo mejor para sus hijos y su familia, pero siempre clara en sus metas y proyectos.
Hoy partió al más allá, querida tía, siempre le tuve un inmenso cariño , me confieso cobarde para irla a visitar al hospital, no tuve el valor de verla,  mi alma y mi pensamiento siempre estaban con usted, decidí recordarla como en nuestra última plática , motivada por su mejoría, porque sé que no le faltaron visitas y a montones.
Hoy se cerró un capítulo más para la vida de todos los que nos quedamos, nos deja un legado de amor y de ejemplo de trabajo digno.
Descanse querida tía Lulu que el Señor la recoja en su regazo, la transporte a ese bello lugar paradisíaco repleto de ángeles y rodeada de los suyos, seguramente estará ya maquilando ideas para mejorar los arreglos del salón celestial.

Hasta siempre, su sobrino Rudy.