domingo, 29 de enero de 2017

Cicloturismo en el Progreso un viaje al pasado



El sistema ferroviario guatemalteco de no haber sido condenado al olvido, sería hoy un medio que ayudaría la movilización de miles de personas y mercancías por todo el país, especialmente al Atlántico en donde uniría Jalapa, Izabal el Progreso, la ciudad de Guatemala y la Costa Sur por supuesto.

Hace 50 años se movilizaban trenes al Atlántico cada 30 a 45 minutos con 15 furgones y transportando toneladas de víveres, combustibles y personas.

Hoy aun existe la vía férrea convertida en polvorientos y sinuosos caminos y con andamios y algunos tramos aún con rieles,  por donde circulaba el tren, esa locomotora que llevaba y movía la economía de estos lugares, personajes como don Hugo hoy de 66 años, que elaboraba los filtros con piedra caliza para potabilizar el agua y que cuenta con nostalgia que era capaz de vender a través del tren hasta  30 filtros en un día. Hoy aún sigue manufacturándolos siendo en el lugar el único que puede identificar la piedra , extraerlas de las montañas y modelarla con su machete y barretas especiales, el nos contaba que llenó las bolsas de los herreros , pues era un asiduo comprador de machetes y barretas para la confección de los filtros.

También es posible encontrar algunos personajes como Don Lindo que nos contaba con emoción como participó por muchos años en la industria ferroviaria desde operario hasta ejecutivo del lugar  y fue hasta el  año 1995 cuando vivió su ocaso y su jubilación.

Si va al Progreso y hace un tour sobre la vía férrea empezando en Sanarate y El Rancho, verá en el camino el antiguo Rodeo "Cortijo Santa Lucía" el que tiene un acústica sin igual similar a las que percibimos en los templos mayas de Takalik Abaj o Tikal, en la cual al centro del Rodeo puede escucharse muy bien al interlocutor sin necesidad de micrófono. Este rodeo era un lugar secreto en su época donde la élite guatemalteca viajaba en helicóptero a presenciar corridas y con toreros que viajaban desde México.

Además pueden apreciarse los antiguos puentes que van sobre el Rio Guastatoya, otros con nombres como Las Calandrias y decenas más que aun son útiles para la movilidad de las personas muchas de ellas en motocicletas, pequeños pick ups y bicicletas.

Y finalmente se llega al Rancho, pero no a las "Galeras", donde todos pasamos rumbo al Atlántico donde hoy está el Restaurante Sarita, sino en la aldea El Rancho, que se sitúa al lado opuesto pasando el Motagua, allí verá la antigua estación del tren, que es custodiada por un policía y que tiene en el ingreso de la taquilla, justo tras un mostrador de vidrio muy avejentado,  un aviso antiguo que rememora las normas para el transporte de las mercancías, fechado en octubre de 1966.

Estos recuerdos e historias que comento fueron compartidas por personas de lugar y el profesor William Elías que trabaja en la Univerdad Rural y quienes fueron invitados a compartir con el grupo de visitantes ciclistas dirigidas por Oscar Campollo de ONCA, quien nos demostró mucha entrega al grupo participante quizás unas 60 personas.

Oscar me comentaba durante nuestra travesía que él busca apoyar a las comunidades, que hoy sufren los embates del cambio climático y que carecen de turismo, y lo hace promoviendo turismo donde casi nadie acude, involucra a la gente local y comparte parte de los ingresos, no se limita a una charla, los lugareños nos acompañan durante todo el trayecto. Esa es la razón de porque dejamos los restaurantes del camino para trasladarnos a la Pizzería de Sansaré,  donde degustamos de una deliciosa naranjada y burritos al estilo Sansare con el fin de apoyar el comercio local.

Fue un viaje largo que inició a las 4.30 de la mañana y finalizó a las 9 de la noche, pero lleno de aventuras, pinchazos por doquier, algunas caídas de los colegas ciclistas, pero nada grave y sobre todo conocer un poco más de nuestro lindo país y disfrutar del bosque chaparral espinoso  del Progreso.

Nos quedamos con las ganas de conocer más lugares, como los túneles que están en la antigua línea férrea hacia Anguiatú. esperemos acompañarlos si es que Oscar se atreve a organizarla.

Fotografías: Fred Villatoro.







2 comentarios:

  1. Yo he deseado que la mal llamada Caravana del Zorro, que perdió su mística, haga lo mismo, programe la visita de lugares como "El Rancho" "El Progreso" el Museo del Ferrocarril de Zacapa y mas lugares que son incontables.

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    1. De acuerdo con uds. Luis no sería mala idea promover si no todos los motociclistas algunos que se desvien unos 30 a 60 minutos y visitar estos bellos pueblos que tienen su encanto y la gente se alegraría al ser visitados.

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