Hoy una bala asesina nos golpeó a
todos los que trabajamos en VIH
Guatemala, 23 mayo 2017
Es casi media noche,
me arde el estómago y me arde el alma, no puedo dormir. Un amigo y compañero de trabajo me llamó hace
unas 4 horas y me dice “Hubo un ataque armado en la Z.2 y mataron a una persona
y dicen que tiene una bata que dice Dr. Carlos Mejía”…
¡No lo podía creer!, ¡No
es cierto! es lo primero que vino a mi mente, quizás es un homónimo, reviso las
redes sociales y prendo el televisor y minutos después se confirma la noticia: “Mataron
al Dr. Carlos Mejía del Hospital Roosevelt”.
Una estadística más, a
los 20 muertos diarios que engrosan la tragedia diaria en Guatemala. Hoy nos
tocó directamente, no puedo decir de él que conozco a sus hijos o su familia, o
que fuésemos grandes “cuates”, no , nos unió
el trabajo de los últimos 20 años en el trabajo del VIH.
Cualquier persona con
un poco tiempo de laborar en VIH en Guatemala,
no podía dejar de escuchar el nombre del Dr. Mejía del Roosevelt, era un líder nato,
emprendedor e incansable para cumplir sus tareas, capaz de
transmitirnos energía y de motivarnos a trabajar por un objetivo común : Apoyar
al prójimo.
Gracias a su trabajo
tesonero y su visión , miles de personas fueron beneficiadas con una mejor
atención en VIH.
Fui testigo de cómo se
enfrentó a un Ministro de Salud, pidiéndole la renuncia, siendo él mismo trabajador del Ministerio de
Salud. O reprender a otro colega cuando a su parecer se cometía alguna
injusticia. Era un hombre directo y que
no se iba por las ramas, pero a la vez era respetuoso.
Hombre cabal, tuvimos
acaloradas discusiones , pero pasado el punto podíamos tomarnos una copa de
vino o continuar con el trabajo en conjunto.
Lo busqué como médico
personal o para la atención de mi hijo,
lo admiré por su conocimiento y porque me inspiraba confianza.
Recuerdo algunas
frases y que intento parafrasear “Usted,ahora
he decidido alejarme del MCP para darle lugar a nueva gente, nos toca apoyar
nuevos liderazgos”. Fue un profesional que cumplió a cabalidad y que como
investigador brindó grandes aportes al país.
Recuerdo su felicidad
al inaugurar la Clínica de Enfermedades Infecciosas del Hospital Roosevelt, o
cuando organizaba y dirigía los diplomados en VIH en distintas Universidades.
Conocedor del trabajo no solo en la capital, era común sus viajes al interior
de la república, para formar a especialistas en VIH. Dejó un legado valioso y compartió
su conocimiento, formó y entregó su vida por los demás, fue innovador y un
incansable luchador, promoviendo y
asegurando que los medicamentos no faltasen a sus pacientes y sin miedo
denunciaba las carencias y necesidades. Sin duda puedo concluir que fue un gran
activista y defensor de DDHH , una persona que trascendió .
Pienso en aquella reunión en un salón de la
sede de OPS en Guatemala, cuando usted nos informaba de la necesidad de atender
a los privados de libertad, quienes estaban muriendo de tuberculosis y de VIH con
prevalencias de 3%, ahora que usted se fue, Dr. Mejía, esta prevalencia ha bajado a menos de 1%, sin duda sus aportes
y su trabajo rindió los frutos esperados.
Su trabajo y su lucha
para las mujeres embarazadas y también su apoyo y su lucha para todos los pacientes y el personal que
con usted trabajó, contribuyó a transformar la realidad de la atención de VIH en el país.
Nos sentimos tristes y
acongojados por su trágica muerte, nadie pensaría que su vida acabaría así de
tajo, producto de una bala asesina disparada por un individuo, unos dirán que
fue una bala perdida otros que fue un asesinato , lo cierto es que nos han
arrebatado a un médico prestigioso, a un colega dispuesto a colaborar con nuestro
país, a un científico, a un líder, pero eso si , deja un ejemplo de vida y como
maestro que era muchas cosas que nos enseñó no de palabra sino con hechos.
Descanse en paz Dr.
Mejía, nuestro pésame a su esposa e hijos, a todos sus compañeros y amigos y a
todos los que tuvimos el honor de conocerlo. Nos toca ahora continuar el viaje de la vida, siempre vamos a recordarlo
con cariño y lo más importante intentar poner en práctica muchas de las ideas y
sueños que usted nos compartió. Adios
Doctor , Adios…
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