2 de mayo 2020, en horas de la mañana falleció nuestra mascota de 11 años, un golden retriver café. Llegó a la familia indirectamente, y finalmente fue adoptado después que su primer dueño, mi cuñado migró al norte. En los 7 años que fue miembro de nuestra familia nos tocó corregirlo, aunque nunca recuerdo haberle pegado, eso si, fue regañado y aprendió a subir a la terraza para mantener limpia la casa.
Fue un perrito noble y nos brindó su compañía y sus pelos por doquier, en momentos difíciles allí estaba a nuestro lado, respetuoso, nunca entraba al dormitorio sin ser llamado y luego se salía, nos recibía meneando la cola y daba vueltas de alegria al saber que le tocaba paseo en la colonia.
Valiente con los cohetes, cariñoso con mis hijos, querido por doña Yoli, quien amablemente lo cuidaba en nuestras salidas y querendon con quien lo acariciara. Del baño lo que amaba era cuando le secaban con la toalla.
El cuido de Toffe en los últimos años representó para mi esposa Karla una faena adicional, ya que de concentrado industrial paso a pechuga de pollo. Casi era un perro vegetariano: le encantaba el banano, el mango y las verduras. Abría con su pata el bote de la basura para husmear donde no debía, sus enojos se daban cuando no podía estar en la sala, orinaba donde no debía y se llevaba los zapatos de mi hijo, a su espacio en la entrada de la casa.
Muchos le conocieron y participaron en su existencia, Cynthia lo revivió con paciencia proveyéndole suero con jeringa, en otra ocasión siendo cachorro, se lanzó de la terraza del 3o. nivel y el tambo de rotoplast, le salvo la vida. Se emocionaba al escuchar a mis sobrinos Jose Andres y María José al visitar la casa, aunque a Papá Jose no le agradara mucho el olor a chucho. (nacho shuco)
Era un perro que de color cafe se fue transformando en un perro canado, tal vez por ser parte de la familia Cano.
Si subía a la terraza y si yo estaba arriba, no bajaba hasta que yo bajara, y asi demostraba su afecto y fidelidad.
No queriamos ponerlo "a dormir" pues estaba ya en este último año muy enfermo, en 3 ocasiones ya estaba decidido, pero milagrosamente se reponía. Una de estas 3 ocasiones y decidido a esperar el desenlace fatal mis hijos decidieron continuar con el tratamiento prescrito por la veterinaria, aportando sus ahorros y así nuevamente se salvó. Pamela disfrutó de su compañía en sus horas de noche de vela diseñando.
Pero hoy, finalmente partió y se fue sin un solo quejido sin ponerlo a dormir, ¡que alivio!, le llegó su hora. Recuerdo sus operaciones de las orejas, las visitas al veterinario, los paseos y como lo chuleaban en la calle. Asi era Toffe el perrito que abandonó la terraza para estar juntos, el que murió a nuestro lado, rodeado de cariño en plena pandemia.
Las pérdidas humanas o las de nuestras mascotas, nos recuerdan las dos caras de la moneda, la vida y la muerte, el mundo e inframundo.
Gracias por tu compañía querido amigo, dejas un vacio pero asi es la vida, todo cambia, todo se transforma. Dicen que nuestras mascotas se adelantan en nuestro camino.
Adios Toffe, ve por tu peluche tuerto que tanto te gustaba, un dia te tocara devolvérmelo. ...¡Hey Toffe! , andá, ¡traémelo! , ¡dámelo!.Bieeeen Toffe, asi se hace. Perro peludo y cariñoso.
Con su amigo inseparable
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